¿Cómo será tu próximo amor? ¿Tendrá ojos oscuros o claros? ¿Será gracioso o se destacará por su seriedad? ¿Estará en forma o demostrará no preocuparse demasiado por su estado físico? ¿Disfrutará del cine, los libros, las música o preferirá los deportes? Lamentablemente, no tenemos las respuestas para estas preguntas. Pero más allá de cómo sea la persona que en un futuro se adueñará de tu corazón, un estudio indica que quizás esté esperándote en tu próximo vuelo de avión.
Cuando queremos conocer a alguien, solemos acudir a bares, discotecas, cines, conciertos, es decir: lugares en los cuales nos movemos con los pies en la tierra. Sin embargo, nunca tenemos en cuenta a las alturas como una opción. No, no vamos a sugerir un lanzamiento en paracaídas o un vuelo en parapente con la finalidad de conocer a alguien. Hablamos, simplemente, del avión. Y no lo decimos nosotros.
Un estudio llevado adelante en conjunto por el banco HSBC y la revista Travel + Leisure tiene interesantes revelaciones para aquellos que sueñan con conocer a su próximo amor.
Durante el mes de julio de 2018, se encuestaron a 5 000 pasajeros de 141 países. Las preguntas tenían como foco obtener información sobre cómo procedían las personas durante un vuelo. No trató de indagarse sobre el modo en que estas se manejaban en el aeropuerto, de cómo se entretenían durante la espera, qué tipo de situaciones tenían lugar en las cafeterías o las tiendas libres de impuestos.
Sin embargo, no podemos decir que los datos recabados no sean interesantes. Al contrario: nada mejor que saber cómo se comporta Cupido a bordo de un avión. Al parecer, no sufre de pánico a las alturas.
Según la información brindada por los pasajeros, 1 de cada 50 personas inició un romance en un vuelo. No es de extrañar. Muchos hemos visto en películas o series cómo comienza una historia entre dos personas que se conocen a bordo de un avión y luego continúan el idilio en tierra firme. Basta hacer un poco de memoria. Una ayuda: Beso francés, la comedia protagonizada por Meg Ryan y Kevin Klaine.
Por supuesto, no solo se trata de amor. Los aviones brindan excelentes ocasiones para otras relaciones. Por ejemplo: un 16 % aseguró haber realizado contactos de trabajo y un 14 % conoció a una persona con la que luego desarrolló una amistad.
¿Crees que un 2 % es un índice bajo? Nada de eso. Teniendo en cuenta ese porcentaje, puede afirmarse entonces que en cada vuelo se inician dos parejas. Como dijimos antes, Cupido no tiene pánico a las alturas. Por algo tiene alas, ¿no?
De modo que aquellos que quieran que la soledad llegue a su fin, no deben desaprovechar las oportunidades que los aguardan en su próximo vuelo. Será mejor que no se distraigan con el teléfono móvil, enviando mensajes, subiendo fotos de las nubes o tomándose selfies. Activen sus antenas y muestren disposición para entablar un diálogo con su compañera o compañero de asiento. Quizás luego sean una de las dos parejas que desciendan del avión habiendo conocido a su nuevo amor.
¿Qué piensas de este estudio? ¿Has conocido a tu amor durante un viaje de avión? ¿Conoces alguna pareja que haya iniciado su romance en las alturas? Por favor, cuéntanos en los comentarios.