Viajar es el sueño de muchas personas. Es una suerte y un verdadero privilegio poder tomar tus maletas e ir a explorar el mundo, lejos de la rutina. Y aunque puede que no sea tan fácil, quienes se atreven a hacerlo se vuelven inquebrantables.
Cada vez que salgas de tu zona de confort, crecerás. Cada nuevo paso que des, te convierte en una mujer poderosa, capaz de saltar los obstáculos de la vida. Viajar te abrirá los ojos a nuevas culturas, ideas y persona; experimentarás sensaciones que no puedes siquiera imaginar cuando te quedas esperando, mientras el mundo gira.
Aquí algunas de las razones por las que viajar te hace una mujer inquebrantable. :
Viajar te enseña a ser libre
Viajar te da la libertad de descubrir quién eres y te da la libertad de seguir explorando tus sueños. Proporciona una puerta abierta para arrojar esa capa de quién crees que tienes que ser, a quién quieres ser. Te da la oportunidad de hacer a un lado los estereotipos y las reglas sobre «cómo ser una mujer ideal». Cuando viajas, eres libre de descubrir lo que quieres para tu vida, si quieres casarte o no, si quieres tener hijos o no o incluso si quieres regresar a la rutina o no. Eres libre de ser lo que quieras, como quieras.
Viajar te enseña a tener más confianza
Cuando estás en un lugar nuevo, donde todo es un poco diferente de lo que estás acostumbrada, viajar te enseña a que tu confianza te llevará a donde necesitas estar. Viajar hace que despierten tus sentidos y aprendes a seguir tu intuición. Aún cuando no sepas qué camino estás tomando, tu confianza termina guiándote. Dejas de tenerle miedo a un nuevo idioma, a hacer nuevas amistades e incluso a llegar a un lugar que no estaba marcado en el mapa. Viajar te da la confianza para tomar una situación como es y hacerla tuya.
Viajar te enseña resiliencia
No todo va a ir a tu manera, de hecho, cuando viajas aprendes a entender cómo funciona el mundo fuera de tu burbuja. Viajar te enseña a resolver problemas y te da la capacidad de recuperarte de los tropiezos; te enseña a tomar cosas que están fuera de tu zona de confort y ponerlas en tu zona de confort. Viajar te empuja a usar tu confianza e intuición para resolverlo todo. Cuando algo no sale según lo planeado, a veces necesitas esa capacidad de resistencia para aceptar las cosas que han sucedido, que no puedes cambiar, y usar tu coraje para cambiar las cosas con calma.
Viajar te enseña a enamorarte
Puede ser de un lugar o actividad, un viejo amigo o alguien completamente nuevo que acabas de conocer. Viajar te enseña a abrir y enamorarte. A veces puedes encontrar un lugar que te hace feliz, un lugar donde sonríes por el simple hecho de estar ahí. Te sientes absolutamente libre, y hay pocas cosas más geniales que eso. A veces intentas cosas nuevas que te quitan el aliento, y a veces notas que una persona hace palpitar tu corazón. Viajar te recuerda cómo es enamorarte.
Fuente: Nueva mujer