Las compañías petroleras chinas han entrado en un concurso para comprar la preciosa tierra, ya que Ecuador planea subastar tres de 8.1 millones de hectáreas de la selva amazónica. Entre las grandes compañías, China Petrochemical y China National Offshore Oil ya han estado haciendo apuestas en reuniones que se realizaron en Quito, Houston, París y más recientemente en Beijing.
Al mismo tiempo, Perú declara un estado de emergencia ambiental en su parte norte de la selva amazónica. Sin embargo, Ecuador parece estar haciendo estos planes debido a una deuda significativa de más de $ 7 mil millones, equivalente a entre 10 y 20 por ciento de su PIB, a partir del año pasado.
En 2009, Ecuador comenzó a recibir préstamos de miles de millones de dólares de China a cambio de envíos de petróleo. Mientras tanto, China financió a Ecuador para implementar sus proyectos de infraestructura hidroeléctrica, y ahora, China National Petroleum Corp está presionando por una participación del 30 por ciento de la refinería de petróleo de Ecuador de $ 10 mil millones.
El activista ambiental y de derechos humanos, Adam Zuckerman, de la ONG Amazon Watch, con sede en California, le dijo a The Guardian:
«Tengo entendido que esto es más un problema de deuda, es porque los ecuatorianos dependen tanto de los chinos para financiar su desarrollo que están dispuestos a comprometerse en otras áreas, como las regulaciones sociales y ambientales».
Los siete grupos indígenas de Ecuador que viven en el área potencialmente afectada están extremadamente insatisfechos. El año pasado, el tribunal falló a favor del derecho del pueblo [Kichwa] Sarayaku a la propiedad comunal e identidad cultural y la protección de los mismos. El tribunal hizo explícito que el gobierno debe recibir el consentimiento libre e informado de los grupos nativos afectados antes de aprobar cualquier actividad petrolera en la tierra.
Una líder del pueblo shuar de Ecuador, Narcisa Mashienta, dice en el informe:
«No nos han consultado, y estamos aquí para decirles a los grandes inversores que no tienen nuestro permiso para explotar nuestras tierras».
El periodista multimedia británico con sede en Perú, Dan Collyns informa a The Guardian que:
«Las personas indígenas que viven en la cuenca del río Pastaza, cerca de la frontera de Perú con Ecuador, se han quejado durante décadas sobre … la contaminación», debido a los altos niveles de compuestos relacionados con el petróleo presentes en el área. La empresa argentina Pluspetrol ha operado campos petroleros allí desde 2001.