La eliminación del COVID-19 rompiendo su tensión superficial y la capa grasosa que lleva consigo, dejándolo expuesto para ser destruido, es la base del proyecto elaborado por los estudiantes Omar Montalvo y Vicente Hands, de la Escuela Profesional de Ingeniería Ambiental de la Universidad Andina del Cusco, quienes ya pusieron en funcionamiento su invención en el Mercado de Ttio, uno de los más concurridos de la ciudad.

El ingeniero Dante Vargas, tutor de los alumnos, explicó a Correo que el diseño del desinfectante a base de eucalipto fue lo que les tomó más tiempo, ya que condensar y separar el aceite del eucalipto, para guardar un potente concentrado que conserve todas su propiedades, fue una de las partes más delicadas del invento.

“El diseño del proyecto, junto al del aceite de eucalipto y la hechura misma de la máquina nos tomó unas dos semanas, aprovechamos el ímpetu de los alumnos para elaborar este esquema, que puede ser replicado a nivel regional y nacional”, cita el docente.

También menciona que casi todo el aparato se hizo a partir de materiales reciclados, como una bomba que hallaron en un laboratorio, manómetros en desuso, mangueras usadas, etc. Que terminaron por completar el proyecto en tiempo récord.

Omar Montalván mencionó que prefirieron crear un nuevo desinfectante luego de entrar en contacto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) que hace poco estableció que el hipoclorito de sodio (cloro), está causando graves daños a la piel y mucosas de las personas en el proceso de desinfección común.

El estudiante mencionó que con el eucalipto esto no ocurre, ya que por el contrario las personas fortalecen sus sistema inmunológico al pasar por el baño – desinfección a través de esta sustancia.

Los universitarios estarían planeando también añadir aceite de pino a su mezcla, refieren que el proceso creativo no ha concluido y que su máquina puede ser mejorada constantemente a través de su uso y verificación de su eficacia.

“Quisimos aplicar lo que se enseña en la universidad y de esta manera ayudar a la gente; sería excelente que el modelo se replicara a gran escala, sobre todo en el sur del Perú, donde el eucalipto es abundante y fácil de conseguir”, finalizó el profesor.

Mientras tanto los estudiantes continúan analizando y perfeccionando su obra, esperando que esta sea tomada a bien por las autoridades para que puedan aplicarla en mercados, centros de abasto y todo lugar de alto tránsito, a fin de librar del coronavirus al medio ambiente y por ende frenar su contagio.

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