Es actualmente la atracción turística más visitada de Cusco después de Machu Picchu. Y es que a pesar de que fue descubierta hace 10 años (Que fue su masificación turística) a atraído a millones de turistas gracias a sus diferentes franjas de colores.

Tanto ha sido su fama, que incluso hasta se han hecho pedidas de mano en este lugar. Debido a que es un sueño hecho realidad para muchos el visitarla.

Sin embargo, toda actividad masiva de turismo sin un adecuado control causa que el ambiente sea impactado debido a las malas praxis. En un principio, dos comunidades habían peleado por el control de la montaña. Esta situación ya fue solucionada pero preocupaba el hecho de no limitar las visitas.

Además ya se ven las muestras del impacto ambiental. Un humedal cercano, que era refugio de patos salvajes durante su migración, fue rellenado y convertido en un estacionamiento, mientras que un sendero de cuatro kilómetros por el que se sube ha sido erosionado.

Gracias a la cuarentena, expertos indican que la montaña de 7 colores se está tomando un respiro y estaría ganando 10 años más de vida.

Esperamos que cuando todo vuelva a la normalidad, se puedan tomar las medidas necesarias para que el ecosistema no se destruya.

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