Nada más el llegar a La India es una gran experiencia. Sobre todo para aquellos que viven en Sudamérica. Quizá un vuelo de 12 horas hacia Europa sea lo mejor y más conveniente, para luego tomar otro vuelo de 12 horas hasta Nueva Delhi (Capital de la India).

El contacto con el aeropuerto de Nueva Delhi te transporta hacia otro mundo, la decoración en las paredes, el olor, la música Hindú que sale desde los parlantes y la gente que con sus vestimentas y colores te da la bienvenida.

Agra es la ciudad donde está ubicado el Taj Mahal, para llegar a esta ciudad, se tiene que ir desde Delhi en auto, bus o tren. Si quieres tener una auténtica experiencia India anda en tren, pero ten en cuenta que como todo en este país puede ser que un viaje de 6 horas se convierta en 12. Por lo tanto no te estreses y déjate llevar.

El Taj Mahal cierra los viernes, pero no es una mezquita. La razón principal por la que cierra los viernes es porque el edificio o Mausoleo se encuentra dentro de un complejo que incluye una mezquita y solo se les permite el ingreso a los musulmanes que quieren ir a rezar los viernes por la tarde.

Cualquier día después de ese está abierto sin ningún problema (30 minutos antes del amanecer y 30 minutos después del atardecer)

Pero si no es una Mezquita, entonces ¿Qué es el Taj Mahal? 

El Taj Mahal es una tumba, que mandó a construir el Emperador Mogol Shah Jahan a la princesa Arjumand Banu Begum. Él la había conocido en un Bazar de Agra y cuando la princesa estaba probándose un collar el no dudó en comprárselo para conquistarla. (El collar caía 10000 rupias y ella tenía solo 15 años)

A pesar de su condición de príncipe, no todos sus deseos eran tan sencillos de cumplir y las razones de estado le obligaron a olvidarse de Arjumand y tomar por esposa a alguien de su mismo rango, una princesa hija del rey de Persia. Pero el príncipe nunca pudo olvidarse de aquella jovenq ue había conquistado su corazón y, dado que la ley musulmana le permitía tener varias esposas, cinco años después de ese primer encuentro y sin haberse visto ni una sola vez más, el príncipe pudo cumplir con su sueño y casarse con su amada.

La boda, fastuosa como no podía ser menos, no se celebró hasta el 20 de mayo de 1612 ya que, a pesar de los anhelos del príncipe, los astrólogos no se pusieron de acuerdo hasta ese momento sobre una fecha favorable que asegurase la felicidad del nuevo matrimonio. La ceremonia tuvo lugar en la ciudad de Agra, estado de Uttar Pradesh, a unos 200 kilómetros al sureste de Delhi y durante la misma, el emperador nombró a Arjumand, Mumtaz Mahal, ‘la elegida o la perla del palacio’ según las diferentes traducciones.

Aunque no se trataba de su primera esposa, de hecho fue la cuarta, sí fue la favorita y con ella tuvo 12 hijos antes de que el dolor hiciera su aparición en esta hermosa historia de amor. Tras varios años de dicha conyugal, el príncipe fue coronado en 1627 tomando el nombre de Shah Jahan, ‘Rey del mundo’ y fue conocido como un gobernante bondadoso, gran amante de su pueblo y de la paz. Pero la felicidad nunca dura eternamente y menos en las historias de amor que pasan a la posteridad y pronto la tragedia sacudiría violentamente sus vidas.

A pesar de sus numerosos embarazos, la emperatriz acompañaba frecuentemente a su marido en sus viajes alrededor del país. En 1631, tras 19 años de feliz matrimonio y durante una visita a la campaña de Burhanpur, donde se encontraban las tropas de Shah Jahan con el objetivo de sofocar una rebelión, Mumtaz Mahal falleció repentinamente al dar a luz al decimo cuarto hijo de la pareja, una niña llamada Gauhara Begum. Antes de morir, Mumtaz le pidió a su rey que cumpliera con las siguientes promesas: que construyera su tumba, que se casara otra vez, que fuera bueno con sus hijos y que visitara su tumba cada año en el aniversario de su muerte.

Los deseos cumplidos de Mumtaz Mahal
El emperador y amante esposo sintió un dolor tan intenso que deseó morir junto a su esposa. Su tristeza era tan profunda que se encerró en sus habitaciones ocho días con sus ocho noches, sin comer ni beber. A la salida, Jahan ordenó que se cumpliera el luto en todo el reino prohibiendo las vestimentas de colores, tocar música, usar perfumes y joyas y hasta llegó a prohibir la sonrisa entre los súbditos. Jahan se encerró en palacio sumido en su dolor y no reapareció hasta un año después muy envejecido y, para asombro de sus súbditos, su pelo y barba se habían vuelto blancos en tan sólo unos meses.

Aunque en un principio, el cuerpo de Mumtaz fue sepultado temporalmente en Burhanpur, en un jardín amurallado conocido como Zainabad originalmente construido por el tío de Shah Jahan, a orillas del río Tapti, el emperador nunca tuvo la intención de dejarla allí sepultada. En 1631, el cuerpo de Mumtaz fue exhumado y transportado en un bello sepulcro de oro, escoltado por su hijo Shah Shuja y la Princesa Imperial Jahanara Begum, hacia la ciudad de Agra donde se encontraba el Palacio Imperial.

Una vez allí, Mumtaz fue enterrada en un pequeño edificio a orillas del río Yamuna hasta que finalmente Jahan cumplió con la primera de las peticiones de su esposa, y, para su desgracia, la única que el emperador pudo cumplir. Jahan se propuso que Mumtaz tendría la tumba más hermosa que el mundo hubiera visto jamás, rindiéndole así un homenaje a su amada que perdurase por los siglos de los siglos y lo consiguió.

Con esa idea en la mente, el emperador mandó construir el complejo de edificios del Taj Mahal, que se traduce generalmente como “Palacio de la Corona” o “Corona del Palacio”, aunque los historiadores afirman que su designación no es más que una abreviación del nombre de Mumtaz Mahal. La ubicación elegida fuela curva que el río Yamuna que llega a Agra desde el norte para que sus aguas reflejaran los cambios de luz de los muros de mármol blanco del palacio cuya construcción se prolongó durante veintidós años, finalizando en 1653. Más de veinte mil obreros participaron en la construcción de este homenaje al amor según los planos de un consejo de arquitectos procedentes de India, Persia y Asia central, aunque parece que el auténtico inspirador fue el propio emperador. El maestro de obras fue el turco Listad Isa y, cuenta la leyenda que, cuando el edificio estuvo acabado, Jahan ordenó cortar su mano para impedir que pudiese repetir una obra semejante.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here