Un abuelito de 87 años nos da un ejemplo el cual es que no hay límites de edad para empezar a estudiar, ser abogado es su sueño de este gran hombre.
Unas cortas palabras que dicen mucho “solo hay que parar cuando se deja de respirar” son las palabras de este hombre de la tercera edad.
Mariano Ibara, es el hombre de esta historia de sueños, nació en Tacloban Filipinas, ingreso a la fuerza policial muy joven postergando su vocación de abogado, pero nunca dejando de pensar que él iba a lograr cumplir su objetivo.
Cuando cumplió 30 años se dijo él mismo que ya era hora de empezar aquello que había dejado de lado y tanto le gustaba, empezó a estudia leyes y al mismo tiempo realizaba su trabajo de Oficial de Policía.
Primer intento
Ejercer su trabajo como oficial lo dejaba exhausto y sin tiempo para dedicarle a sus estudios es por eso que termino reprobando la carrera y la vida le decía una vez más este no es tu momento, después de este amargo momento él se dedicó fielmente a su labor de Policía protegiendo a los ciudadanos de su querida ciudad Tacloban era los años 1987 cuando esto ocurría.
Los años pasaron y como nos pasa a muchos sin darse cuenta ya tenía 87 años y fue el momento que lo hizo pensar en retomar eso que tanto quería pero por motivos de su trabajo lo había dejado pendiente pero jamás abandono sus sueños
Empezó sus clases y su sueño a la vez, es puntual asistiendo, lleva consigo una sencilla mochila de plástico transparente con todos sus libros y cuadernos.
Mariano, se siente nervioso de hacer sus exámenes finales ya que un día reprobó y siempre queda el temor de fallar de nuevo, pero se siente con la capacidad y seguridad de haber estudiado para los finales con horas dedicadas a sus libros, también les dice a sus compañeros que no olviden nunca un sueño y espera que los profesores entiendan su letra ya que tiene un problema en la mano al escribir claro está que este hombre es un ejemplo para todos ya que le puso tenacidad a un sueño.
