Hijo, Viaja todo lo que puedas, porque la vida es lo que pasa mientras estamos ocupados haciendo cualquier otra cosa. 

Hijo sal y explora, ríe, llora y vuelve a llorar. Enamórate y deja que el viento te despeine. Camina mientras tengas fuerza, prueba todo lo que puedas, que no hay nada más feliz que un corazón lleno de experiencias. Que no hay nada más feliz que un estómago sin arrepentimientos.

Busca un lugar y suéñalo, piensa en él día y noche y hazte la promesa de poder visitarlo.

Canta a viva voz junto a la naturaleza, mira las estrellas en un lugar donde todo esté oscuro. Trépate en ese bote y entra a los rápidos, siente la adrenalina y aférrate de la barca mientras salpica el agua.

Camina, corre, sube a esa maldita montaña. Respíralo todo, cuéntale tus vivencias a los que más quieres, porque estoy seguro que ellos los sabrán apreciar.

Recorre Europa y piensa en todos esos libros que leíste, en esos cuadros de arte y los discos de Oasis mientras te imaginabas cómo sería Inglaterra.

Nada en cuanta playa hermosa haya, y siempre trata bien al local. Agradécele por cuidar lo que ves, sonríele, respétalo y vuelve a nadar.

Que nada te calle, que nadie te silencie, pero por sobre todas las cosas que nada ni nadie te quite la felicidad.

Encuentra tiempo en el tiempo y si te sientes muy angustiado por algo simplemente sal a respirar.

Viaja sin viajar, porque siempre hay cosas nuevas en el barrio. Emociónate por lo simple. Que no hay nada más simple que la felicidad.

Hijo, viaja todo lo que puedas porque la vida es muy corta y el mundo tan grande.

Autor: Viajar me hace feliz

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