Es mejor invertir experiencias en los niños que en cosas materiales, pues esta cosa le da más felicidad, como un viaje.
Conocer lugares nuevos con todo lo que implica teniendo muchos beneficios para los niños. No solo los hace residente ante todo los cambios que se realizan, pues ellos no dormirán en su cama, ni tendrán los mismos horarios, tampoco comerán lo mismo de siempre.
Pero no lo es todo, el viaje aportara una riqueza interior que ninguna cosa material pueda ofrecer.
Todo lo nuevo siempre es emocionante al principio, se siente una felicidad intensa y podemos observar que cuando es Navidad los niños se emocionan con sus juguetes el primer día, pero luego dejan de tener el mismo interés.
Pero eso no sucede con un viaje, en estos casos los intereses siempre se mantienen desde el principio hasta el final, ya que cada día hay algo nuevo por explorar, un nuevo lugar y algo diferente para comer.
Estos viajes te marcaran realmente te van a marcar como persona, las experiencias son las que se quedaran contigo. Las cosas materiales podrían ser parte de tu identidad y podríamos sentirnos conectadas a ellas, en cambio con las vivencias no ocurre.
Para los niños las experiencias van formando su carácter y personalidad, no podemos realizar todo lo que deseamos en los viajes, tenemos que contar con otras rutias y adaptarnos a los cambios, es más si van con otras personas hay que aprender a convivir y superar todas las dificultades.
Las experiencias que se compartimos unen más a las personas, es por ello que un viaje para la familia siempre será enriquecedor, para los hermanos será una oportunidad para conectarse y compartir, convirtiéndose después en historias que perdurarán en el tiempo.