El pequeño de 10 años pidió permiso a los vendedores para usar una tablet de exhibición. No tiene computador propio para hacerlo.
El mundo es un lugar muy injusto. Hay quienes gozan de infinitos privilegios y otros que están condenados a las condiciones más miserables de vida. Nada de esto tiene que ver con el mérito, las capacidades ni el esfuerzo. Simplemente es la brecha que existe entre ricos y pobres.
“Ahí lo tienen, no tiene tablet para estudiar en casa y tuvo que venir a la tienda porque tiene que hacer un trabajo de geografía. Hermoso ejemplo para aquellos que quieren vivir un poco”, cuenta el vendedor mientras lo graba.
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