Los organismos internacionales han creado una hoja de ruta para determinar medidas antes, durante y después de abordar un avión. Uno de los cambios incluye la prohibición del ingreso a la terminal de familiares y amigos de los pasajeros.

Ya varias industrias se preparan para retomar sus actividades. Sin embargo, tras la pandemia del coronavirus, muchos procesos cambiarán para adecuarse a un reinicio seguro de los negocios. Uno de ellos será el transporte aéreo.

Actualmente, distintos organismos internacionales ya trabajan para establecer un nuevo protocolo consensuado a nivel mundial en este rubro. El medio argentino La Nación recoge algunas medidas recopiladas por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) que formarán parte de una “hoja de ruta para reiniciar de forma segura la aviación”.

Lo primero que se establece es que los pasajeros deberán brindar información detallada sobre su persona. Por ejemplo, datos de contacto que permitirán rastrear al cliente de ser necesario.

Dicha información será completada mediante un formulario electrónico y antes de que la persona llegue al aeropuerto.

Una vez que el pasajero llegue al aeropuerto, deberá someterse a otras medidas de seguridad detalladas a continuación:

– Control de temperatura. Será realizado por personal capacitado cada punto de entrada a la terminal aeroportuaria. Con ello se decidirá si un pasajero está en condiciones de viajar por aire o no.

– Distancia. La IATA recomienda una distancia de entre uno y dos metros de separación. Para hacer posible esto, la disposición del flujo de pasajeros en la terminal y en los puestos de control y migraciones tendrá que ser reorganizada.

– Protección. Los pasajeros estarán obligados a utilizar mascarillas; mientras que el personal de las aerolíneas y aeropuertos deberán llevar equipo de protección.

– Limpieza. Los equipos y la infraestructura tanto de las aerolíneas como de los aeropuertos tendrán que ser desinfectados con frecuencia. Esto aplica también a carros, puertas corredizas, terminales de autoservicio, etc.

– Descartes. Aunque la IATA señala que no existen todavía test rápidos y confiables al 100 %, recomienda su uso. Si los avances tecnológicos lo permiten, estos podrían ser realizados a los pasajeros en la entrada de la terminal.

– Pasaportes de inmunidad. Si para entonces la ciencia ha podido determinar que una persona que superó la COVID-19 ha alcanzado la inmunidad, y esto se puede documentar, el pasajero podría ser eximido de algunas medidas de protección como el uso de tapabocas o el control de temperatura.

– Equipaje y embarque. Los pasajeros tendrán que despachar ellos mismos su equipaje, de manera que minimicen la interacción humana y la manipulación de objetos. El personal del aeropuerto los guiará para tal fin. Durante el embarque, se guardará distanciamiento físico.

Durante y después del viaje 

La IATA afirma que el riesgo de transmisión de COVID-19 de un pasajero a otro durante un vuelo es muy bajo. Esto debido a la disposición de los asientos, el uso de filtros HEPA y la dirección del flujo de aire a bordo. Sin embargo, se optará por el uso de mascarillas.

En cuanto al distanciamiento social, no será necesario aplicarlo. Por su parte, la tripulación de cabina cambiará su proceder en la forma de servir los alimentos y las bebidas, además de otras acciones. Cada pasajero tendrá toallitas desinfectantes que serán destinadas a limpiar los espacios reservados.

Después de que el avión aterrice en el aeropuerto de destino, nuevamente se aplicarán medidas de seguridad como el control de temperatura durante el desembarque y la recolección de equipaje de la manera más rápida posible. Para esto último, las empresas tendrán que rediseñar el proceso del servicio que entregan.

A fin de minimizar el contacto físico, se sugiere también que los Gobiernos “simplifiquen las formalidades del control fronterizo” y reemplacen procesos físicos por otros virtuales (lectura del pasaporte, reconocimiento facial, etc.). Además, se deberá reconfigurar la disposición de los carriles y entrenar a los agentes para detectar signos de pasajeros infectados.

Por último, la hoja de ruta establece que la cooperación entre países será clave para poder tomar como válidas las instancias de control realizadas en el aeropuerto de origen y evitar repetirlas íntegramente en las escalas subsiguientes.

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